Encontrarse con Sylth era todo menos normal. Era increíblemente raro pero también muy interesante. A Michael le resultó interesante hablar con ella. Ella era habladora y no hostil hacia él, lo cual era mejor de lo que Michael esperaba encontrarse en el Imperio Zentika.
—¡Llamar a este lugar un imperio es una desgracia! Eso es un insulto a todos los verdaderos imperios construidos sobre el Expanso de Origen. El Imperio Zentika no cumple ni uno de los requisitos para considerarse un imperio, ¡y aún así tienen la desfachatez de hacerlo! —Sylth maldijo pero al final se encogió de hombros.
—Bueno, como sea. No pagaron sus deudas a tiempo y estaban destinados a dejar de existir tarde o temprano de todos modos. Deben haber olvidado lo que les sucede a aquellos que no pagan sus deudas. ¡Los Thorx nunca olvidan los créditos que han distribuido!
—¿Viniste aquí para destruir el Imperio Zentika? —preguntó Michael.
