```
Un reino salvaje e indomable brotando de vida y vegetación exuberante apareció frente a Michael y su grupo.
Árboles imponentes formaban un dosel denso en lo alto, alcanzando hacia el techo de cristal, que iluminaba el reino lleno de vida. Los rayos de luz perforaban el espeso follaje, proyectando parches desiguales de calor por toda la sala subterránea.
Flores vibrantes de todas formas y tamaños estaban esparcidas por el suelo, sus colores variaban desde púrpuras aterciopelados hasta naranjas ardientes. Mariposas, lagartos, enormes venados frenéticos y manadas de lobos espinosos entraron en su campo visual mientras las criaturas caminaban despreocupadas.
El aire subterráneo era denso y lleno del aroma de flores exóticas. Era como un perfume dulce y brumoso que se suspendía en el aire a su alrededor.
—Oh, Dios mío...