—¿Funcionará esta vez? —preguntó Michael, sin ganas de morir por casualidad.
—No actúes así. Te di a ti y a tu pequeña amante suficiente tiempo para despedirse. No seas tan gruñón —Eren lo estudió brevemente antes de encogerse de hombros.
—En cuanto a la Esfera del Nido. Evee me ayudó a ajustar sus configuraciones. No debería haber más problemas.
Michael asintió lentamente, pero no dijo nada. Eren suspiró y estaba a punto de empujar a Michael a través de la Esfera del Nido cuando Michael avanzó. No había necesidad de perder más tiempo. Cuanto más dudaba, más difícil sería dejar la Alianza Tritan y a Alice.