—¿Soy... tuyo? —Los ojos de Michael se abrieron ligeramente.
Alice no era así. Ella era la Duquesa Helada, no una chica enamorada.
—Oh, vaya. Tu novia es bastante interesante. ¿Tiene prisa por convertirse en mi cuñada o está marcando su territorio?
—Danny...
—¿Sí?
—Por favor, cállate —Michael maldijo en su mente—. Además, ella no es mi novia... ¿o sí lo es?
Dado que Alice había soltado una propuesta, Michael no estaba seguro de si estaban juntos. ¿Eso era incluso una propuesta? Michael no podía decirlo. Se sentía como si ella quisiera poseerlo... o que él le pertenecía a ella.
El calor subió a las mejillas de Alice. ¿Qué demonios acababa de decir? ¿Qué demonio la había poseído justo ahora?
Ella saltó de su silla y tropezó hacia el suelo, solo para entrar en pánico. Alice cruzó miradas con Michael durante un cuarto de segundo, pero eso ya era demasiado para ella. Entró en pánico, maldiciéndose por lo que acababa de decir, y escapó.