—¿Están todos listos? —preguntó Michael al grupo de combatientes frente a él, una sonrisa tenue pegada en su rostro.
Después de una cuidadosa consideración, Michael decidió enviar pequeñas tropas de combate a la región de la Sabana. No lucharían bajo la bandera de su territorio, ni de la Jungla Indomable. En cambio, serían considerados como refuerzos de Trilanza.
Michael extendió una mano de ayuda a los líderes de Trilanza y ellos aceptaron agradecidos su ayuda, dándole las gracias profusamente. No tardaron en decidir que Michael y su gente recibirían una parte de los ingresos de Trilanza una vez que todo terminara. Trilanza le debía un gran favor y le pagarían generosamente si sobrevivían gracias a su refuerzo.
—Estamos más que listos. ¡Mostremos a todos lo fuertes que somos! —tronó Lokai, alzando sus dos hachas de batalla cortas con emoción.