La llegada de Michael a la arena atrajo algo de atención. Era el primer estudiante humano en entrar a la arena, lo que causó un pequeño alboroto entre los Berserkers y los Centauros Brujos.
—Mira quién está aquí. Un par viejo y joven. Dos pequeños humanitos —un Berserker bramó a través de la arena, su voz llena de una mezcla de desprecio y asco.
—¿Es este viejo desecho tu niñera, pequeñín? —preguntó el mismo Berserker. Saltó por la arena y aterrizó frente a Michael con un golpe.
El suelo a su alrededor tembló cuando aterrizó, causando temblores que se extendieron por las piernas de Michael.
Orgulloso, mal genio, y siempre buscando pelea. El Berserker de cuatro metros de altura frente a Michael era uno de los mejores ejemplos para describir la raza Berserker. Sus músculos estaban abultados y sus ojos carmesí estaban llenos de intención de batalla. No le sorprendería a Michael si el Berserker le lanzara un puñetazo al aire libre.
De hecho, sería bastante interesante.