Danny no quería perder su poder como Señor, pero estaba seguro de que no le afectaría tanto como a los otros Señores.
Su relación con su pueblo no era lo suficientemente frágil como para quebrarse solo porque los Lazos de Lealtad que lo conectaban con sus súbditos estuvieran a punto de ser destruidos.
Daniel Fang envió a sus Asesinos del Desierto —tres unidades con 1,000 asesinos cada una— a los territorios de sus enemigos. Utilizando el perfecto sistema de red creado por sus Exploradores del Desierto, Daniel podía asegurar que los Asesinos del Desierto no tendrían que enfrentarse a enemigos desconocidos en el territorio.
Todo lo que tenían que hacer era matar a unos cientos de Guerreros que habían sido dejados atrás para proteger los territorios y sus ciudadanos de posibles ataques de monstruos.