—¡No te acerques más! —dijo Howard al extender la mano para detener a Vivia.
—¿Qué te sucedió exactamente? Ayer estabas perfectamente bien, ¿cómo despertaste así hoy? —Los pasos de Vivia se detuvieron, pero sus preguntas no.
—¿Ayer? —Howard captó una pieza clave de información, su mirada rápidamente escaneando la canasta en su mano, que contenía desayuno para uno. Su cerebro, ahora operando a una velocidad evidentemente mayor, rápidamente ordenó la información. Vivia obviamente sabía que él estaba aquí, y parecía que había estado inconsciente por más de un día. De otra manera, Vivia no habría traído desayuno solo para uno aquí; también habría preparado algo para él. Howard sintió que su especulación probablemente era correcta.
—¡¿Qué te sucedió exactamente?! —La mirada de Vivia hacia Howard cambió—. Sé que te preocupa que pueda lastimarme, ¡pero este tipo de protección no es necesaria para mí! Puedo soportar las consecuencias de mis acciones; ¡ya no soy una niña!