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Northwood, la piscina de reaparición.
Recién resucitado, Aullido de Lobo estaba entre la ira y la frustración.
Miró el arma en su mano; solo quedaba uno de su par de dagas.
Inicialmente pensó que el equipo que perdió al suicidarse era esa única daga.
Pero eso es realmente una lástima, y no podía hacer más que aceptarlo.
Aún era mejor que perder piezas de su "Conjunto de las Sombras".
¡Ese equipo era su fundamento en este juego!
En ese momento, Aullido de Lobo salió de la piscina de reaparición.
Encontró a todos los miembros de su gremio esperando en la entrada del Templo del Renacimiento.
Otros jugadores, al ver a tantos del Gremio de los Lobos allí, no se atrevían a acercarse.
Sin embargo, siempre había quienes amaban el chisme.
Susurros llegaron a los oídos de Aullido de Lobo:
—Estas personas se ven tan familiares. ¿No son todos del Gremio de los Lobos?