John se encontró en un dilema exasperante al presenciar la disputa entre el Duque Arsena y el Sabio del Océano.
La última revelación de que el Sabio del Océano había colaborado alguna vez con un Santo de la Facción del Misterio, de ser cierta, significaba que John ya no podía aliarse con el Sabio del Océano.
Su prioridad tenía que ser abordar la amenaza planteada por la Facción del Misterio.
John dirigió su mirada al Sabio del Océano, esperando una explicación detallada.
Incluso si el Sabio del Océano había cooperado alguna vez con la Facción del Misterio, tenía que haber algunas razones de peso para ello.
Si la colaboración fue meramente para ganar mayor poder o simplemente para contrarrestar al Imperio del Misterio Norteño, John no podía aceptarla.
El Sabio del Océano, enfrentándose a esta situación desafiante, se dio cuenta de que necesitaba explicarse rápidamente.
Además de John, parecía improbable que alguien más le ofreciera su apoyo en este punto.