—Confíen en mí, sucesores, nunca desaten la tormenta eléctrica, sin importar el costo. Jamás olvidaré esa agonía en esta vida —Continente Dios Asesino, Año 328, el 32º Candidato Papal de la Iglesia de la Tormenta, Tanros.
—El consejo de mis predecesores fue invaluable, pero lamentablemente, aún así caí en un callejón sin salida. Asumí que, como jugador con atributos de tormenta, sería inmune a cualquier fuerza tronadora. Me equivoqué —Continente Dios Asesino, Año 1630, el 45º Candidato Papal de la Iglesia de la Tormenta, Vigor.
—Maldita sea, ese choque eléctrico casi me mata. Al salir del Laberinto Tronador, me sentí tan asado como los corderos enteros que venden en las calles —Continente Dios Asesino, Año 2800, el 54º Candidato Papal de la Iglesia de la Tormenta, Rolando.
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Los anteriores aspirantes a la prueba, uno tras otro, plasmaron sus sentimientos al soportar el golpe de la tormenta eléctrica dentro de las anotaciones para el desafío del Laberinto Tronador.