Un suave suspiro resonó en los oídos de Réquiem.
La voz era magnética, no revelaba mucha edad, pero llevaba un atisbo de cansancio del mundo, como si lo hubiera visto todo.
Con los ojos cerrados, se preparó para la muerte inminente, pero el momento nunca llegó.
Tentativamente, abrió los ojos.
Una figura se movió rápidamente hacia el escenario, colocándose entre ella y el peligro inminente.
Vestido con una capa negra y una máscara temible cubriendo su rostro, exudaba un carisma sin igual.
Con un solo brazo extendido, detuvo el hacha descendente de Wolf Prime, desviando el poderoso golpe sin esfuerzo.
—¿Es este el modus operandi típico del Gremio de los Lobos? ¿Intimidar a los débiles? En verdad, ¿no tienen ustedes vergüenza? —la voz de John destilaba sarcasmo.
Los ojos de Wolf Prime se abrieron desmesurados por la incredulidad, —¿Vientogalante? ¿Te atreves a intervenir en nuestro duelo?