No bien las palabras del Duque Dinán resonaron en la sala cuando esta pintoresca panda de excéntricos dejó escapar un rugido unificado:
—¡No defraudaremos tus expectativas!
La proclamación estruendosa retumbó en la sala de guerra, haciendo que Mar Azul y Adán dieran un salto, casi levantándose de sus asientos.
Incluso John se encontró a sí mismo alcanzando su oído involuntariamente, echando un vistazo de reojo al exuberante grupo.
Justo cuando su mirada se desvió, el gigantesco PNJ berserker sentado a su lado viró su cabeza para encontrarse con la mirada de John.
—¿Qué miras, eh, muchacho? —La voz del berserker resonó como un trueno lejano, llenando la sala de guerra sin siquiera parecer abrir mucho la boca.
John le echó un vistazo casual, sin dignarse a responder a este patán musculoso.
John desconocía que el berserker tomó su silencio como una forma de provocación.