—¿Qué... qué diablos acaba de pasar? —El relativamente compuesto Mar Azul fue el primero en guardar su bastón en la ranura de su equipo, desactivando su modo de combate.
Por otro lado, Adán imitó la misma acción. El desconcierto llenó sus ojos.
John permaneció en silencio, con el ceño fruncido en contemplación.
A decir verdad, él también estaba en la oscuridad acerca del repentino cambio en su comportamiento.
Sin embargo, era evidente que su estado mental estaba desequilibrado, sus emociones aparentemente influenciadas por un factor externo.
—¿No solíais ser uña y carne vosotros dos? ¿Todos los sentimientos negativos acumulados finalmente alcanzaron su punto límite y explotaron? —John usó un tono de broma, tratando de disipar la tensión incómoda.
Tanto Adán como Mar Azul respondieron con sonrisas forzadas, igualmente perplejos internamente.
Es cierto, sus respectivos gremios a veces tenían fricciones, pero nunca afectó a su camaradería personal.
