Aun mientras John continuaba su conversación con Mar Azul, pareció percibir la creciente ansiedad de la Rata Ladrona de Tesoros.
De pronto, se giró para enfrentar a la criatura, una sonrisa burlona jugueteando en sus labios —¿Por qué me miras con esos ojos?.
Pillada desprevenida, la Rata Ladrona de Tesoros vaciló ligeramente, logrando responder en un tono rígido —No... ninguna razón... Es tu turno de negociar ahora.
John avanzó despreocupadamente, ojeando pausadamente los objetos disponibles para intercambiar.
Una plétora de deslumbrantes artículos desfilaban rápidamente ante sus ojos.
Por alguna razón inexplicable, John se tomó un tiempo considerable sin decidirse por un artículo para negociar.
Parecía genuinamente confundido.
Desde un costado, la Rata Ladrona de Tesoros esperaba en silente anticipación.
A pesar de que por dentro estaba rebosante de impaciencia, deseando acabar rápidamente con esta inesperada sesión de negocios, no se atrevía a apresurar a John.