John acababa de abrir la puerta cuando el teléfono en su bolsillo sonó repentinamente.
Sacó su teléfono, solo para encontrar una docena de llamadas perdidas en la pantalla, todas de un número desconocido.
Al contestar la llamada, una voz cálida sonó del otro lado:
—Hola, ¿puedo hablar con el señor Foster?
El ceño de John se frunció levemente mientras respondía con calma:
—Habla John Foster. ¿Puedo preguntar quién llama?
Del otro lado del teléfono, una voz emocionada dijo:
—Finalmente, he logrado ponerme en contacto contigo. Esto es el Ayuntamiento. El Alcalde Daniel Roberts nos dio tu número. ¿Recuerdas?
John pensó detenidamente y, de hecho, durante la fiesta de cumpleaños de Taylor, había dado su número de teléfono tanto a Benjamin Taylor como a Daniel Roberts.
Asintió, respondiendo con indiferencia:
—Sí, recuerdo. ¿Qué quiere el Alcalde Roberts de mí?
La persona en el teléfono explicó rápidamente: