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De hecho, Mar Azul tenía la misma sospecha que Adán.
Aunque el jugador que logró la primera muerte de una deidad optó por permanecer anónimo en el anuncio mundial, Mar Azul tenía una fuerte corazonada.
—Este jugador debe ser John. —A lo largo de los años, la intuición de Mar Azul nunca había fallado.
En ese momento, Adán envió otro mensaje.
—Maldita sea, cuanto más hablamos de ello, más creo que es Vientogalante. Me niego a creer que haya un segundo jugador en este juego que pueda comparársele... —comentó Adán.
—Si realmente es Vientogalante, probablemente no lo ocultaría deliberadamente de nosotros. Deberíamos tener una oportunidad de preguntarle... —respondió Mar Azul.
—Es tan difícil no sentir celos. Se supone que estamos entre los mejores jugadores del juego, pero comparados con Vientogalante, no somos nadie... —se lamentó Adán.