La afilada energía de la espada, que se extendía hasta cien metros de longitud, viajó casi dos o trescientos metros antes de finalmente detenerse.
Luego se disipó en el ambiente como energía ordinaria.
La escena era un completo desastre.
Con un gesto casual de su espada, John no solo había reclamado las vidas de los Sombrarreptadores, sino que también había dividido todos los árboles en un radio de 300 metros.
Las secciones cortadas eran tan lisas como un plano, demostrando cuán afilada era esa energía de la espada.
Incluso la espesa y aparentemente impenetrable niebla del caos había sido dividida por el único golpe de John, creando un enorme hueco.
La niebla circundante rodaba salvajemente, tratando de llenar el hueco.
Aunque la energía se hubiera dispersado, la energía de la espada aún persistía en ese espacio.
En cuanto la niebla intentaba llenar el vacío, era inmediatamente despedazada.
Esto de hecho hizo que la visibilidad en esta área mejorara mucho.