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—Oye, ¿podemos salir de la ciudad ahora?
El ser observado y discutido por un grupo de gente hacía sentir incómodo incluso al experimentado Mar Azul.
Se sentía como un mono en un zoológico, siendo mirado por un grupo de turistas.
Adán no respondió, en lugar de eso miró a John, quien para ese momento ya se había decidido.
Para este viaje a Montaña del Atardecer, se le dio a John el control completo.
Impasible, John declaró con calma —Todavía nos falta una persona. Esperemos un poco más.
Al ver que Mar Azul daba la espalda a los jugadores que miraban, John se rascó la barbilla, confundido —¿No es extraño que un líder de gremio de un gremio mayor como tú se preocupe por la mirada de los espectadores? ¿No te estarás poniendo tímido, verdad?
Mar Azul respondió estoicamente —Solo porque he podido soportarlo en el pasado no significa que disfrute ser examinado.
Adán, en contraste, era indiferente.