—89 —dijo Leo—. Gracias por darme permiso. Definitivamente lo usaré bien.
Rápidamente abandonó la habitación. La razón por la que había pedido permiso para algo que iba a suceder más de 3 meses después era porque tenía cosas que necesitaba hacer en ese mes.
El tesoro no era seguro para él. Era solo una de las cosas que iba a investigar en ese momento. La otra cosa que quería hacer y que era más importante para él era entrenar en magia. Necesitaría volverse mucho más fuerte si iba a ir a la Capital.
Volvió a su dormitorio después de reunirse con María. Se subió a su cama y se sentó en contemplación. Quería saber qué se suponía que debía hacer los próximos meses que conducirían al mes que tendría como descanso.