Los ojos de Marco se abrieron de par en par.
—¿Qué has dicho? —preguntó.
Leo asintió en respuesta. Agitó sus manos, cortando la jaula. Su aura podía cortarla fácilmente. Luego se echó hacia atrás desde la carreta y señaló hacia el fuerte.
Marco salió lentamente de la jaula. Se bajó de la carreta y miró hacia donde Leo estaba señalando. Vio el fuerte ardiendo. Su expresión cambió de shock a felicidad.
—¡Jajajaja! ¡Tú perra! ¡Finalmente moriste! ¡Soy libre! —se puso a reír en voz alta. Después de reír un poco, se volvió hacia Leo.
—¿Sabes quién la mató? —le preguntó.
Leo negó con la cabeza. —¿Por qué no preguntas si fui yo? —preguntó.
Marco negó con la cabeza. —Acabas de usar Aura. Basándome en la fuerza del corte, eres un Caballero del Aura del Primer Círculo. Quizás uno del Segundo Círculo, pero eso ya es mucho decir. Ella tenía dos Magos del Segundo Círculo con ella. No hay manera de que la hayas podido matar —dijo.