—En el momento en que la píldora entró en su boca, se derritió, dejando una sensación cálida —esto fue efímero, ya que el calor continuó aumentando. El reconfortante calor se convirtió en una ardiente quemazón.
—Toda el aura dentro de la píldora estalló de ella, lista para causar estragos. Sin embargo, fue rápidamente y con fuerza controlada por Leo, quien comenzó a canalizarla. La forzó a bajar por su garganta, llevando la sensación de quemazón a lo largo de su cuerpo.
—El aura fluyó rápidamente hacia su estómago y estuvo lista para provocar caos, pero él dividió todo el mar en dos partes. Luego comenzó a circular las dos partes desde diferentes extremos de su estómago alrededor de su cuerpo.
—Estaban circulando en la misma dirección una que la otra, pero nunca se encontraron y se combinaron. Esto significaba que mientras el aura entera habría dañado su cuerpo si se le permitía circular, las mitades separadas no podían hacer nada.