Permanecieron en el baño lleno de vapor, el aire denso con el deseo entre los dos mientras una de las manos de Archer trazaba las curvas de su cuerpo. Al mismo tiempo, él podía sentir cómo ella comenzaba a calentarse mientras continuaba jugando suavemente con sus pezones.
Su mente comenzó a desvanecerse entre el crescendo de sus gemidos cada vez más altos e intensos, —¡Mmmmghh! Archer, eso se siente tan bien.
Él dejó de jugar con ellos, sorprendiendo a Kassandra, lo que hizo que ella sacudiera la cabeza antes de fijarle la mirada con sus estrechos ojos negros, —¿No vas a continuar, esposo?
Con una sonrisa, él respondió, —Por supuesto que sí.
Archer comenzó a jugar con sus pezones nuevamente, que ahora estaban rojos y duros por sus caricias. Pero entonces, sus manos viajaron por su cuerpo, provocando temblores en ella mientras sus ojos se encontraban con los de ella con una mirada hambrienta.
