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Intrigado por el tema, Archer escuchaba atentamente. Para él, era un terreno desconocido, una oportunidad para adquirir conocimientos que aún no había encontrado.
La explicación detallada del profesor abordaba las distintas razas, cada una con sus propias características y habilidades relacionadas con el maná.
—Dragones —enfatizó el profesor Riftwalker mientras miraba a Archer— son inigualables en sus reservorios de maná. Su conexión innata con las fuerzas elementales les otorga un poder inmenso. Sin embargo, esto no necesariamente se traduce en finura o control. Es un delicado equilibrio.
Los estudiantes intercambiaban miradas intrigadas, su curiosidad incrementada por la revelación de las diversas afinidades de maná entre las distintas razas.