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—Archer despertó y encontró a Halime mirándolo con una sonrisa adorable —Hora de levantarse y brillar, dormilón. La tienda ya cerró —le informó.
Él se encontró con su mirada, soltando un bostezo cansado antes de levantarse, acunando a las durmientes hermanas Hyda en sus brazos.
Cuando Halime vio esto, sonrió antes de comentar —Amas a esas pequeñas bestias. Has estado mimándolas durante horas ahora.
Archer sonrió antes de responder —Así es. Estuve allí cuando nacieron, y me siento conectado con ellas.
Rápidamente se dio cuenta de que solo Halime, Ella y Hécate quedaban en la tienda. Confundido, preguntó —¿Dónde están todos los demás?
Ella tomó la palabra para responder, diciendo —Todos volvieron al dominio después de que terminamos de limpiar. Halime y yo nos quedamos para ayudar a Hécate a reponer las estanterías.
La cara de Archer se iluminó con una sonrisa cuando preguntó por la pequeña chica perro —¿Cómo fue el primer día de Stella?