Mientras los cuatro estaban sentados en la mesa, Teuila y Sera observaban al medio elfo, quien se sonrojó pero evitó hacer contacto visual con ella.
Archer observó la reacción de Ella y se rió entre dientes, encontrándola extremadamente adorable. No podía creer que ella hubiera dado el primer paso anoche.
Negando con la cabeza, Teuila rompió el silencio.
—Entonces me toca a mí, después Sera y Nefertiti.
Sera sonrió, sus ojos rojos llenos de lujuria mientras miraba a Archer. Le lanzó un beso cuando notó el brillo travieso en sus ojos, lo que hizo que su sonrisa se ampliara aún más.
Asintiendo en acuerdo con el plan de las chicas, Archer habló.
—Vamos al palacio para poder volver al camino.
Él abrió un portal, pero antes de que pudiera pasar, Teuila hizo una pregunta.
—¿Por qué no vuelas a casa simplemente? —preguntó Teuila.
Archer sonrió y respondió.