Jia y June se encontraban actualmente en su casa, solos en una habitación.
—¡Asegúrate de que esté desbloqueado! —exclamó Cindy desde la cocina—. De paso, ni siquiera cierres la puerta.
La cara de Jia se sonrojó mientras la voz de su mamá resonaba en toda la casa.
—¡Entendido, mamá! —gritó ella de vuelta, deseando poder meterse en un agujero y morir allí.
¿Cómo su mamá podía decir esas palabras cuando June estaba justo enfrente de Jia?
—Quizás Cindy quiera entrar más tarde, por eso quiere que dejemos la puerta abierta —dijo inocentemente June, haciendo que Jia se detuviera.
Bueno, tal vez no estaba tan mal ya que June no entendió lo que su mamá estaba insinuando.
Jia asintió simplemente mientras abría el armario de su papá.
Se encontraban actualmente en la habitación de sus padres, buscando ropa que hiciera a June menos… June.
No obstante, sin importar cuántas prendas Jia le hiciera probar, él todavía parecía un ídolo apuesto y deslumbrante.