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—Al diablo —pensó June.
June canalizó la ternura interior escondida en su corazón y empezó a moverse como lo hacía en sus audiciones.
—Miau, miau, un llamado eterno,
Descubriendo misterios, de pie o enano.
Bajo la superficie, secretos descansan,
En la profundidad del ojo de un felino.
La última vez que cantó esta canción fue durante su audición para Estrellas en Ascenso, y definitivamente sintió la mejora en su voz.
June continuó cantando mientras los preadolescentes que lo rodeaban aplaudían contentos. En
este momento, ¡parecía que él era el más joven de todos ellos!
—En cada miau, una historia no contada,
Susurros de sabiduría ancestral.
Bailan entre mundos no vistos,
Guiándonos a lugares serenos.
(Miau, miau, miau...)
—¡Omo, nuestro pequeño June lo hizo tan bien! —exclamó Yunha tan pronto terminó.
—¿Ya me puedo ir? —preguntó June con prisa, rebotando sobre sus pies.
—Yunha tarareó y miró hacia el techo.