—La decisión de Isa de intervenir a pesar de su larga ausencia en batallas surgió de la necesidad urgente de prevenir que los dragones ganaran la guerra en curso —reconoció la naturaleza del conflicto, especialmente considerando las posibles consecuencias si los dragones de agua salían victoriosos ese día. Su preocupación por la supervivencia de Seadrei, el anterior emperador del mar, y el resultado global de la guerra la impulsó a actuar.
A pesar de su participación impactante y la demostración de poder, el comportamiento subsiguiente de Isa sorprendió a muchos. En lugar de continuar participando activamente en la batalla o involucrarse en la planificación, regresó a su tienda y reanudó sus actividades relajantes habituales. Este cambio inesperado desconcertó a aquellos a su alrededor, ya que anticipaban su participación continua tras ser testigos de sus habilidades y sus efectos positivos en la situación.