Regis inclinó la cabeza después de suspirar en reconocimiento a las palabras de Isa, comprendiendo la gravedad de la situación. Luego, procedió a compartir perspectivas sobre sus propios preparativos, enfatizando la urgencia del momento. Su actitud era grave, significando la seriedad con la que consideraban la amenaza inminente que representaban los dragones de hielo.
—Nuestra tribu también ha sentido el peligro inminente —explicó Regis—. Los signos en el cielo y las fluctuaciones antinaturales en los niveles de mana no han pasado desapercibidos. Nos hemos estado preparando para un posible enfrentamiento, pero parece que nuestros esfuerzos podrían no ser suficientes para enfrentar a estos dragones solos.
—Eso no es todo... —dijo Isa mientras masajeaba sus cejas.
