La sonrisa de Seara era un testimonio de la confianza y fe que tenía en las capacidades de Rain. Era el tipo de plan intrincado y audaz que ella había llegado a esperar de él—un plan nacido tanto del intelecto como de la intuición, reflejando su único entendimiento de la situación y los adversarios a los que se enfrentaban.
—Aún así, terminarás teniendo que derrotarlo solo, y esa mujer te atraerá con la promesa del poder —dijo Seara.
—Tendré que usar las reliquias para lidiar con él lo más rápido posible, así que no te preocupes —dijo Rain.
Seara no podía evitar preocuparse... sabía que Rain tenía un don con las mujeres y cómo podía hacer que le ayudaran usando su encanto. Eso estaba todo en su cabeza, por supuesto. Era su propio sesgo actuando en su contra, ya que no había pruebas científicas de que Rain fuera un conquistador.
