—Nos temen tanto como a ti desde que fueron obligados a ser salvados por el dios dragón. Eres tan malo para ellos como nosotros.
—¿Por qué intentas minimizar tu propio nivel de peligro para con los dragones? —frunció el ceño Rain—. No voy a coleccionar a tus amigos como si fueran pokemones legendarios.
—¿Por qué asumes que somos amigos? ¿Solo porque quiero que encuentres a ese tipo? Mi único deseo es matar a todos los dragones y usaría cualquier medio necesario para hacerlo. ¿O no te diste cuenta de que teníamos suficiente conocimiento para volverse herramientas y no hacer nada más contra los dragones hace cincuenta mil años? Nuestros efectos son básicamente una extensión de nuestras habilidades.
—Cállate, eres tan convincente como un vendedor que va de puerta en puerta —dijo Rain.