—Están renunciando a muchos recursos, a pesar de que no ganarán nada físico a cambio —dijo Terra.
—Saben que tendremos que cumplir nuestra palabra y no podemos arriesgarnos a comenzar otra batalla pronto —dijo Seada—. Desde mi perspectiva, podrían tener la excusa para atacarnos junto con los dragones si no cumplimos nuestras promesas. Podrían incluso negociar con ellos para trabajar juntos y aplastarnos.
—... Supongo que tienes un punto —dijo Terra.
Rain reflexionaba intensamente, devanándose los sesos en un intento de comprender las motivaciones detrás de las acciones de la gente mágica y bestial. No podía entender por qué requerían tanto tiempo ni por qué estaban dispuestos a llegar a tales extremos solo para solidificar la tregua. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, ningún entendimiento claro o explicación apareció en su mente.
—Tengo un mal presentimiento —dijo Rain.
