Los soldados y guerreros suspiraron aliviados colectivamente cuando vieron pasar a Rain, saludándolos. Su repentina desaparición les había dejado inquietos, y su regreso trajo una sensación de tranquilidad. Abriéndose paso entre la actividad bulliciosa en el muro, Rain finalmente encontró a Branden y Esmeralda, quienes estaban profundamente absortos organizando las secuelas de la batalla.
El distintivo olor a cuero y escamas se mantenía en el aire mientras la gente trabajaba diligentemente para reforzar las paredes con los restos de los dragones derrotados. La escena hablaba tanto de la resiliencia como de la ingeniosidad de aquellos decididos a defender su hogar.
—La capital se verá bastante salvaje después de esto —dijo Rain.
—Oh, ya estás despierto —dijo Branden.
—Nos preocupaba que solo otra batalla te despertaría —agregó Esmeralda.
—... Estás en el sexto mes de tu embarazo. No deberías estar en un lugar como este —dijo Rain después de levantar las cejas.