Cada día, la carga sobre los hombros de Leiah parecía hacerse más pesada, y aun así la llevaba con una fuerza que asombraba a todos los que cruzaban su camino. Su amor por su esposo y su familia eran las fuerzas motrices detrás de su dedicación inquebrantable. Mientras atendía sus enfermedades, a menudo se encontraba reflexionando sobre la preciosidad de la vida y la fragilidad de la salud.