Sin otra opción, Howard llevó a cabo el engaño.
Sin llamar la atención, permitió que la caravana continuara su viaje.
Luego, llamó discretamente a Chris y Tina y les reveló la verdad.
—Al conocer la verdad, abrieron la boca en señal de incredulidad; Kariov era un impostor.
La audacia de Howard era asombrosa: era una cuestión de vida o muerte hace solo unos momentos.
Su admiración por Howard creció; había utilizado una táctica que nadie podría haber anticipado, asustando con éxito al infame Phileste.
Aunque Phileste se había retirado temporalmente, la situación estaba lejos de ser optimista.
—Si Phileste recuperaba la compostura o descubría que el verdadero Kariov no estaba en la caravana de Howard, sería un desastre para Howard —consideraron con preocupación.
Este incidente había dejado en Howard una profunda impresión de la aterradora astucia de Phileste; había predicho incluso las rutas remotas que Howard podría tomar con cautela.
Este hombre no debía ser subestimado.