Jonathan se quedó junto al borde de la carretera, tomándose un momento para mirar los anuncios.
Una miríada de promociones de diversos productos y servicios rodeaban el anuncio del cuerpo mecánico. Anuncios de servicios de atención a ancianos, institutos de formación profesional y artículos de lujo... y para su sorpresa, Jonathan vio a Diema en la pantalla de proyección de anuncios.
El delicadamente maquillado y dulce rostro de ella brillaba en la pantalla de anuncios, envuelta en un halo de coloridos focos. No parecía en nada una niña, aunque en realidad aún era una flor en un invernadero, intacta por la devastación de las tormentas.
Jonathan subió el cierre de su sudadera, bajó la cabeza y siguió caminando.
