—¿Jefe?
—Tómen el día libre —dijo Nick—. Pueden volver pasado mañana por la mañana. Entonces les diré qué hacer.
—El principal contribuyente era la niebla roja que rodeaba la ciudad como un muro.
—Había pasado más de media hora desde el incidente y la gente lentamente empezaba a aceptar su nueva situación.
—Poco a poco, el silencio conmocionado se transformaba en llantos desconsolados y gritos agresivos.
—Los refugiados lloraban en desesperación y la gente que vivía aquí empezaba poco a poco a gritar con rabia.
—¡No compartirían sus casas con esa gente sucia!
—Por supuesto, también había algunas personas que querían ayudar a todo el mundo, pero esos eran la minoría.
—A medida que pasaban los minutos, una pelea tras otra estallaba.
—La gente se culpaba unos a otros.
—Cuando los humanos sienten que algo injusto les ha sucedido, muy rápidamente tratan de encontrar a alguien a quien puedan culpar por esa injusticia.