Nick miró a Wyntor y el césped con aprensión.
Realmente no quería tocarlo ya que parecía tan antinatural.
Tener pequeñas cosas verdes vivas que crecían del suelo sonaba como una especie de pesadilla que alguien imaginó.
Sin embargo, Nick confiaba en Wyntor, y eventualmente caminó hacia adelante con aprehensión.
Tocó con cuidado las cosas verdes en el suelo.
—¿Es suave? —dijo Nick con incertidumbre.
¡Eso lo empeoraba aún más!
Era como si pequeños pelos estuvieran creciendo desde el suelo.
Nick sentía que tocar el césped era similar a acariciar alguna especie de enorme y peligroso monstruo.
—Solo siéntate —dijo Wyntor con cierto fastidio.
Nick tomó aire profundamente y eventualmente se acercó a Wyntor.
Y entonces, se sentó con cuidado.
—¿Ves? No es tan difícil —dijo Wyntor con una sonrisa.
Nick se veía extremadamente incómodo.
No le gustaba esta sensación ni un poco.
Los humanos no se suponía que tocaran el césped.
Se suponía que estuvieran rodeados de metal y suelo.