La mirada de Karn era intensa.
Cortó a través del salón, ignorando a todos los demás y aterrizó directamente en Atticus.
Cuando sus ojos se encontraron, era como si chispas se encendieran entre ellos.
Aquellos parados entre ellos sintieron un escalofrío involuntario recorrer sus espinas, e inmediatamente comenzaron a lanzar miradas alrededor para localizar la fuente de la inquietud que sentían.
Sin embargo, los dos parecían no importarles. Ninguno de ellos irradiaba intenciones asesinas; simplemente se miraban fijamente, casi como si fueran los únicos dos en el salón.
—¿Quiere pelear conmigo? —Atticus no podía adivinar qué pasaba por la mente de Karn. Podía recordar esa misma mirada intensa, justo antes de que Karn fuera teletransportado después de su derrota en las finales del Nexus.