—Al día siguiente, Atticus se despertó y siguió su rutina habitual. Nada había cambiado realmente; él seguía siendo la primera y única persona en completar el recorrido.
Después de la sesión matutina, regresó a su habitación. Tras una rápida y refrescante ducha, se sentó con las piernas cruzadas dentro de la sala de entrenamiento y comenzó el proceso de absorción de mana.
A pesar de tener numerosas habilidades que entrenar, Atticus sabía que descuidar su absorción de mana sería un error. Servía como la base de todas sus habilidades, y sin un cuerpo fuerte, el potencial de sus habilidades seguiría siendo limitado.
Así que, aumentar su rango de mana era una prioridad máxima.
Varias horas después, Atticus oyó el timbre de la puerta. Sus ojos se abrieron de un parpadeo, y detuvo su entrenamiento. Se levantó y fue a responder la puerta.