Los ojos de Atticus se abrieron de golpe, solo para encontrarse de pie en medio del foso convertido en coliseo.
—¿No me moví?
Observó rápidamente su entorno y vio al Soberano observándolo con una pequeña sonrisa. Detrás del Soberano estaba Niall, completamente curado y con la cabeza inclinada.
—En tiempo récord, asombroso
La voz del Soberano sacó a Atticus de su ensoñación, y él se dio cuenta de la situación. El Soberano lo miraba como si fuera un tesoro invaluable.
—Ya veo. Todo fue en mi mente —se dio cuenta Atticus.
—Todo fue en tu mente, y fuiste capaz de superarlo. Una vez más, felicidades
Atticus no sentía ninguna felicidad por las palabras del Soberano. En cambio, preguntó algo que le había estado molestando.
—¿Qué habría pasado si no me hubiera recuperado y luchado?
—Sencillo. Tu voluntad habría sido devorada por la mía, y mi voluntad habría pasado a ser la tuya. Una toma de control completa —el Soberano terminó de hablar con una sonrisa.