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Duró unos pocos segundos conscientes, momentos que hicieron que Atticus se sintiera como si volara a través del cosmos, como si fuera invencible, como si el mundo no pudiera contenerlo.
Tan pronto como sintió que el espacio extremadamente cómodo que inicialmente lo envolvía desaparecía, Atticus abrió los ojos al instante, con una pequeña sonrisa en su rostro.
Atticus se encontró dentro de algún tipo de habitación pequeña, y mientras su mirada recorría el lugar, notó que no era el único allí.
—¿Los 10 mejores del primer año? —Atticus reflexionó. Él había sido el primero en recuperarse de la teletransportación a larga distancia y, a medida que los demás comenzaron a recuperarse uno por uno, cada uno siguió el ejemplo de Atticus y miró alrededor de la habitación.
Al girarse y ver a Atticus tan cerca de ellos, cada uno saltó hacia atrás instintivamente, creando una distancia segura de la figura, con sus miradas alertas.
