La instalación se alzaba ante él, una estructura ominosa oculta bajo la superficie de la tierra.
Rey se encontraba en la entrada, el tenue resplandor de la luz lunar proyectando largas sombras sobre las rocas irregulares que rodeaban la zona. El aire estaba cargado de tensión, y su pulso se aceleraba en anticipación de la lucha por venir.
Colocó una mano sobre la empuñadura de la espada que había invocado con Magia momentos antes, cuya hoja centelleaba débilmente en la oscuridad.
Rey respiró hondo, apaciguando sus pensamientos.
No tenía la intención de entrar a hurtadillas esta vez.
—Veamos cómo manejan un asalto frontal —pensó, formándose una sonrisa maliciosa en sus labios.
Concentrando su magia, creó una brillante esfera de energía en su palma, cuya luz iluminaba su expresión decidida.
Con un movimiento de su muñeca, lanzó la esfera contra la entrada de la instalación.
—BOOOOOOOOOOOOMMMM!!!