—¡REY! —La adrenalina aún fluía por el cuerpo de Rey mientras el equipo se le acercaba con cautela, sus ojos escaneando el campo de batalla lleno de Monstruos caídos. Tess dio un paso adelante primero, su mirada aguda se suavizó al notar la sangre que goteaba de sus numerosos cortes y moretones.
—Estás hecho un desastre —dijo ella, su tono una mezcla de preocupación y admiración.
Rey sonrió con suficiencia, desechando sus palabras incluso mientras sus piernas temblaban debajo de él.
—Estoy bien. De verdad.
—No pareces estar bien —Josh lanzó, pero el filo habitual de su voz estuvo ausente. Se rascó la parte posterior de la cabeza de manera incómoda—. Aun así... eso fue bastante genial.
El inesperado elogio hizo que Rey lo mirara, con una ceja levantada que insinuaba su sorpresa.
—Josh rodó los ojos y añadió:
—No me hagas decirlo de nuevo.
Tess sacó un pequeño frasco lleno de un líquido verde brillante y se lo entregó a Rey.
—Bebe esto. Es un Brebaje de Salud. Te arreglará.