—Por fin… —Adonis estaba ante el enorme Círculo Mágico que se erguía en el santuario interior de la Cámara de los Antiguos, su mirada completamente fija en las letras rúnicas y alfabetos antiguos utilizados para construir la intrincada fórmula.
Recordaba lo difícil que fue tanto para él como para Lucielle descubrir cómo configurarlo según sus especificaciones.
Sin embargo, esta vez iba a ser diferente.
—¡Recuerdo todo! ¡Recuerdo exactamente lo que tengo que hacer para obtener los mismos resultados que la última vez! —Adonis sonrió para sí mismo—. Solo necesito tiempo…
Y, tiempo era todo lo que tenía en ese momento.
—Todos están demasiado ocupados concentrándose en la Exhibición. No hay nadie que me detenga aquí.
Con ese hilo de pensamiento, Adonis dejó de lado todo su equipaje y preocupaciones, eligiendo en su lugar concentrarse completamente en el trabajo en mano.