—¡Suma Anciana!
Los pensamientos de Aurora El Slavarai gritaban mientras observaba la patética visión de su Suma Anciana completamente aniquilada por uno de los Generales Dragón.
En ese momento, la sostenían del cuello, casi como un trofeo, un objeto más que una persona.
Ver al más viejo de todos los Elfos siendo tratado de esa manera hacía hervir su sangre, pero Aurora sabía que no debía dejar que su enojo nublara su juicio de alguna manera.
—Necesito encontrar una manera de ser productiva aquí… —Se permitió pensar esto, en lugar de permanecer en la ira.
Aunque era más fácil decirlo que hacerlo.
Honestamente, a pesar de cómo se sentía al respecto, Aurora no podía salvar a la Suma Anciana porque ya tenía suficientes problemas encima.
—¡Esta persona… es demasiado fuerte! —Sus ojos volvieron a su oponente.
—El General Dragón, U'riah.