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—Haa…
Adrien exhaló profundamente mientras salía de la gran tienda que acogía la reunión entre las figuras importantes del Campamento.
Al salir del lugar sofocante, dejó que el viento rancio soplara en su rostro, haciendo que su cabello oscuro se agitara suavemente mientras también inhalaba la brisa con una pequeña sonrisa en su rostro. Tenía los ojos cerrados por un segundo, pero eso tampoco duró mucho.
No podía permitirse disfrutar del momento.
—Una vez más... mi escolta se esconde detrás de mí. Mientras sus pensamientos divagaban, echó un vistazo al área detrás de él, donde una cierta Comandante Dragón de cabello rosado se mantenía inmóvil.
Sus ojos lo observaban agudamente, y aunque tenía un aura oficial sobre ella, la tensión palpable entre ambos no podía ignorarse.
—Desde que llegué aquí, me ha observado a cada paso, especialmente cuando salgo de mi tienda.
Ella también era muy buena en su trabajo.
