Esme terminó construyendo fortalezas para la gente de esos asentamientos y les enseñó algunas cosas que podían usar para desarrollar sus tierras.
Ella ayudó en su agricultura, ayudó a derrotar a los Monstruos que los aterrorizaban, y resolvió muchas de sus crisis; tanto internas como externas.
El proceso fue largo y arduo, de ahí la razón de su llegada tardía.
—Deberías haberlos visto, Rey. Se veían tan miserables...
Decir que su corazón se dolió al escuchar todo lo que Esme presenció sería quedarse corto.
—Yo... siempre pensé que estaba ayudando a toda la humanidad al aliarme con la Alianza. Pero, supongo que estaba equivocado —murmuró.
—Solo estaba ayudando a algunos.
—Sí. Por lo que escuché, a la Alianza ni siquiera le molestaba ocuparse de estas pequeñas regiones. Me parece muy desagradable —el rostro de Esme se oscureció aún más mientras fruncía el ceño.
—La gente a cargo aquí... Los desprecio.