—Ya veo… así que por eso caí en el sueño —la expresión de Rey era estoica mientras pronunciaba esas palabras. Miraba fijamente a Ater, quien permanecía de pie ante él. Este último acababa de terminar de explicar la causa de la repentina caída en inconsciencia de Rey.
—Bueno, ahora que el Maestro está despierto, significa que tu cuerpo se ha aclimatado completamente al poder que ganaste. ¿Sientes alguna diferencia? —esta pregunta fue recibida con una ligera encogida de hombros, después de la cual Rey negó con la cabeza.
—No. Es como si siempre hubiera sido así —murmuró—. ¿Eso tiene sentido para ti?
Normalmente, cuando uno recibe un montón de Habilidades Divinas—tanto Activas como Pasivas—esperarías ciertos cambios en ellas.
Tal vez la habilidad de percibir las leyes del mundo, o algún tipo de diferencia en su percepción y relación con todo lo que les rodea se alteraría visiblemente.
Pero Rey no sentía nada de eso.